La valoración y el diagnóstico de una persona que consulta por tener alteraciones o síntomas cognitivos, implica realizar una revisión global de las posibles causas médicas, neurológicas, y psiquiátricas de dicha disfunción cognitiva. Y dentro de esta evaluación global, la evaluación neuropsicológica es una pieza fundamental.
Esta valoración global es necesaria realizarla en parte porque actualmente los biomarcadores propios de las demencias, no ofrecen un grado de precisión para el diagnóstico.
Una alteración o síntoma cognitivo es más común que ocurra en personas mayores, pero puede darse a cualquier edad y sus manifestaciones pueden ser diversas. Algunas de las más comunes son:
- Episodios de olvidos
- Comportamiento social inapropiado
- Distorsiones perceptivas
- Escasa higiene
- Acumulación de objetos, etc.
Cierto nivel de afectación cognitiva puede ser debido a la edad, es decir, a un envejecimiento normal,
pero las alteraciones más graves de funciones cognitivas como la memoria, el lenguaje y juicio,
suelen indicar el comienzo de un trastorno cognitivo que se puede diagnosticar.
Cuando se realiza una valoración a un paciente con alguna afectación cognitiva, ésta debe incluir información referenciada al tipo de síntomas como la frecuencia de éstos, la gravedad de los episodios, tiempo y tipo de evolución.
La evaluación de la disfunción cognitiva debería incluir ciertas pruebas profesionales, aunque la magnitud de la valoración dependerá en parte de los recursos y la valoración inicial del problema que se encuentra el médico. Las pruebas recomendadas son:
- Anamnesis y examen físico
- Examen neurológico
- Examen del estado mental (funciones cognitivas)
- Pruebas sanguíneas
- Tomografía computerizada o resonancia magnética cerebral
- Otras medidas de evaluación médica en función del caso concreto.
Una razón fundamental por la que hay que hacer una evaluación médica, es la posibilidad de encontrar una causa reversible del deterioro cognitivo. También es importante ver el estado general de salud de la persona y su estilo de vida, con el fin de buscar el tratamiento más óptimo, ya que se puede actuar sobre ciertos problemas que pueden estar repercutiendo en la funcionalidad del paciente y mejorar su calidad de vida.
La valoración neuropsicológica debe tener en cuenta diversos factores relacionados con el individuo (características demográficas, proceso de envejecimiento...) y con las medidas psicológicas ( fiabilidad y validez, datos normativos...). También hay que tener en cuenta a la hora de evaluar, si la persona que acude por deterioro cognitivo subjetivo, o es llevada por los familiares porque perciben alterciones cognitivas, o si la persona ya está diagnosticada y ha ocurrido un empeoramiento súbito.
PROCESO DE LA VALORACIÓN COGNITIVA:
La valoración requiere aplicar la observación, la entrevista y diferentes pruebas de evaluación . Los resultados de esta valoración representan el punto de partida del tratamiento y rehabilitación neuropsicológica del paciente.
El esquema general cuando vamos a evaluar a un paciente es el siguiente:
- Revisión de informes previos que existan y pruebas de neuroimagen.
- Entrevista con el paciente y familiares.
- Aplicación de pruebas de evaluación neuropsicológica
- El estudio del rendimiento intelectual general (screening)
- La capacidad atencional
- La capacidad de aprendizaje y memoria
- Las habilidades perceptivas
- El lenguaje y la comunicación
- El razonamiento, la capacidad de solución de problemas y otras funciones asociadas a los lóbulos frontales.
- Las habilidades motoras
Rebeca González
Directora de ECG- Estimulación Cognitiva Global
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