Según las personas nos hacemos mayores la incapacidad va aumentando y en el caso de las demencia todavía más. Es por ello, que en el proceso de evaluación de las demencias, también debemos tener en cuenta los cambios funcionales que sufre el paciente, ya que las alteraciones cerebrales también afectarán a este área.
Por función entenderemos que es la capacidad que tiene la persona de realizar de forma autónoma las acciones diarias necesarias para desenvolverse adecuadamente en el día a día. Uno de los objetivos fundamentales de la valoración funcional será el asesoramiento de recursos necesarios para el paciente (teleasistencia, ayuda a domicilio, estimulación cognitiva, necesidad de ingresar en un centro de día o residencia...)
En la valoración funcional es importante distinguir entre competencia y dependencia.
- Competencia funcional: se refiere a las habilidades necesarias que debe tener una persona para cuidar de sí y del entorno próximo. Se las suele denominar "Actividades de la Vida Diaria" y se dividen en dos tipos:
- Actividades básicas de la vida diaria (ABVD): son las habilidades básicas para el autocuidado (comer por sí solo, lavarse, aseo e higiene...)
- Actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD): son habilidades más complejas necesarias para el desarrollo de una vida independiente (cocinar, limpieza, gestionar finanzas, toma de medicación...)
Las primera en sufrir alteración son las instrumentales.
Hay que tener en cuenta que una persona puede ser capaz de desarrollar una actividad pero no querer hacerla. En este caso la persona será dependiente pero no incapaz.
ESCALAS DE VALORACIÓN FUNCIONAL
Para valorar el aspecto funcional de los mayores existen las escalas de valoración funcional, que tiene el objetivo de indicar la capacidad que posee el paciente para realizar ciertas actividades importante para la vida diaria de forma autónoma. Estas actividades que evaluamos, llamadas actividades de la vida diaria (AVD), las podemos dividir en básicas e instrumentales (aunque también existen las avanzadas):
- ACTIVIDADES BÁSICAS DE LA VIDA DIARIA (ABVD): Tienen el objetivo de valorar en la persona el autocuidado básico como el comer, uso del retrete, y algo más superior como asearse, vestirse, andar. Cabe destacar que su alteración se produce de forma ordenada pero a la inversa que en la infancia. Para valora este área se puede realizar la observación directa o utilizar el Índice de Katz y el Índice de Barthel.
- ACTIVIDADES INSTRUMENTALES DE LA VIDA DIARIA (AIVD): Tienen el objetivo de valorar las funciones más importantes para que las personas seamos independientes en un entorno social (hacer la compra, la comida, administrar dinero...) Estas actividades se no se valoran por la observación, y son más significativas para detectar los primeros grados de deterioro . Para valorar esta área se utiliza las Escala de Lawton y Brody
Las valoración funcional es útil para todos los profesionales que trabajan en el ámbito de la salud, ya que con ella tendremos una guía para planificar los cuidados de la persona.
Rebeca González- ECG- Instituto Alzheimer y Demencias
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